Viandar de la Vera es una joya escondida en la geografía española, un encantador municipio y localidad situada en la provincia de Cáceres, en la comunidad autónoma de Extremadura. Este tranquilo rincón, ubicado en la comarca de La Vera, se caracteriza por su geografía única y su rica historia.
La localidad se encuentra enclavada en una topología montañosa abrupta y presenta fuertes pendientes, ya que está ubicada en la falda meridional del sistema Central o Carpetovetónico. Esta geografía excepcional le confiere a Viandar de la Vera un paisaje pintoresco y una atmósfera tranquila que atrae tanto a visitantes como a aquellos que buscan una vida más relajada en plena naturaleza.
Para acceder a esta hermosa localidad, se utiliza la carretera EX-203, que proporciona una conexión esencial con otras áreas de la región. Esta carretera facilita el acceso a Viandar de la Vera y permite a los visitantes disfrutar de sus encantos naturales y culturales de una manera cómoda.
Esta descripción de Viandar de la Vera captura su esencia única, una fusión de belleza natural y legado histórico que lo convierten en un lugar especial en la provincia de Cáceres y en toda Extremadura.
Historia de Viandar de la Vera
La historia de Viandar de la Vera es un fascinante enigma, especialmente cuando exploramos sus raíces más profundas. A pesar de la nebulosa que rodea sus orígenes, los vestigios arqueológicos desenterrados en el Cerro del Castrejón revelan la presencia de población humana desde tiempos prehistóricos. Este emplazamiento resguarda una riqueza de restos superficiales de cerámica y las huellas de estructuras de paredes en ruinas, algunas de las cuales podrían haber formado parte de una antigua muralla defensiva.
Estos hallazgos apuntan a un pasado que nos transporta a los albores de la Edad de Hierro, sugiriendo que este yacimiento bien podría haber sido un castro Vetón, un centro de importancia estratégica en la antigüedad.
Durante la Edad Media, Viandar de la Vera estuvo sometido al señorío de Valverde, un título concedido por el Rey Sancho IV y posteriormente confirmado por su sucesor, Fernando IV «El Emplazado», en el año 1309. El beneficiario de este señorío fue Don Nuños Pérez de Monroy, abad de Santander, cuya familia mantuvo el control de la localidad hasta los albores del siglo XV.
En esa época, el municipio cambió de manos y pasó a pertenecer a los poderosos Zúñigas, Condes de Nieva. Finalmente, en 1646, durante el reinado de Felipe IV, Viandar de la Vera obtuvo el prestigioso título de Villa, un acontecimiento histórico que se documenta con un antiguo manuscrito resguardado en el Archivo Municipal del Ayuntamiento. La presencia de la picota, aún erguida junto a la Carretera, es un testigo silente del dominio de los Zúñigas en este periodo.
Este relato de Viandar de la Vera nos transporta a través de los siglos, revelando las capas de su intrigante historia y su evolución a lo largo del tiempo. Cada rincón de esta localidad cuenta una historia, desde los misteriosos vestigios arqueológicos en el Cerro del Castrejón hasta las huellas de los poderosos señores medievales que dejaron su legado en este hermoso rincón de la provincia de Cáceres.
Qué ver en Viandar de la Vera
Casco antiguo – Arquitectura popular de La Vera
Dentro del pintoresco casco antiguo de Viandar de la Vera, los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en un entorno encantador y lleno de historia. Lugares emblemáticos como la Plaza Hernán Cortes, Plaza Pizarro, Plaza Gabriel y Galán, y la evocadora Calle Portugal revelan hermosos ejemplos de viviendas entramadas de dos o tres plantas. Estas viviendas, con sus balcones audaces y aleros de madera, son verdaderas joyas de la arquitectura popular que se destacan por su singularidad.
Pero la belleza y el encanto de Viandar de la Vera no se detienen ahí. En la Calle Mastacón, se encuentran dos fuentes notables conocidas como las «Fuentes Romanas». Estos elementos arquitectónicos históricos añaden un toque adicional de autenticidad a este rincón histórico, transportando a los visitantes a tiempos pasados y permitiéndoles disfrutar de la riqueza de la historia local.
Explorar el casco antiguo de Viandar de la Vera es como dar un paso atrás en el tiempo, donde cada esquina revela una nueva sorpresa arquitectónica y un vínculo con el pasado de este encantador municipio.
Iglesia Parroquial de San Andrés
Este edificio es una verdadera joya arquitectónica, erigida con gran destreza y cuidado en su construcción. Su estructura se basa en la sólida manpostería, donde se emplea la sillería de forma notable en elementos como las portadas, arcos, contrafuertes y refuerzos esquineros. Su apariencia exterior, aunque sencilla, revela detalles significativos.
Destacando en medio del cuerpo central, se encuentra el ábside poligonal y la sacristía, esta última de planta cuadrangular y situada en la parte de la Epístola. Al examinar los muros laterales, se aprecian dos contrafuertes en cada uno, enmarcando las portadas allí presentes.
La portada principal, situada en el lado del Evangelio, se distingue por abrirse en un arco de medio punto, adornado con pilastras cajeadas y rematado por cubos con bolas y una hornacina avenerada, todos estos detalles diseñados con una meticulosa pulcritud. Estas características estilísticas sugieren que esta obra maestra arquitectónica fue realizada a fines del siglo XVI. Tanto la entrada de la Epístola como la puerta de los pies también se presentan en forma de arco de medio punto.
La torre de la iglesia se alza majestuosamente sobre el último tramo del edificio, ubicada en lo alto del imafronte de los pies. Esta torre está construida en cantería y alberga cuatro vasos de medio punto para las campanas, añadiendo un toque impresionante al conjunto.
Al adentrarnos en el interior, nos encontramos con una nave única, cuya techumbre está cubierta por una sencilla pero elegante estructura de madera con cinco planos. Esta estructura se apoya en dos arcos diafragma bellamente moldurados, que a su vez descansan sobre pilares semicilíndricos con capiteles toscanos.
Entre las numerosas joyas artísticas del interior, destaca el retablo mayor, que data de principios del siglo XVII. Además, la iglesia cuenta con otros dos retablos barrocos ubicados en la nave de un solo cuerpo, que enriquecen aún más su belleza y significado religioso. Vale la pena mencionar una preciosa hornacina tallada en piedra berrogueña, ubicada en un lateral del presbiterio, así como diversas piezas escultóricas que datan de los siglos XVI y XVII. Estos tesoros artísticos contribuyen a la riqueza cultural y espiritual de este lugar de veneración y devoción.
El Castro
Enclavado en el idílico paraje conocido como EL CASTREJÓN, el castro de Viandar de la Vera representa un fascinante testimonio del asentamiento humano en la época prehistórica. Este sitio arqueológico, que ha despertado la curiosidad de investigadores y amantes de la historia, se encuentra en el Cerro del Castrejón y arroja luz sobre las raíces profundas de esta región.
Los vestigios descubiertos en este enclave arqueológico son verdaderamente notables. Entre ellos, destacan los numerosos fragmentos de cerámica que yacen en la superficie del terreno, así como los vestigios de paredes derruidas, algunos de los cuales podrían haber formado una antigua muralla defensiva. La abundancia de estos rastros materiales indica una presencia humana significativa en este lugar durante tiempos remotos.
La datación de este yacimiento sugiere que sus orígenes se remontan a los albores de la Edad de Hierro, lo que plantea la posibilidad de que se trate de un castro Vetón. Estos hallazgos arqueológicos no solo son una ventana al pasado, sino que también despiertan la imaginación y el interés por comprender la vida y la cultura de las civilizaciones antiguas que una vez habitaron estas tierras.
En resumen, el castro de Viandar de la Vera es un sitio arqueológico invaluable que añade profundidad y significado a la rica historia de la región, permitiendo a las generaciones modernas conectarse con su legado ancestral.
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